Caldo de millo con costillas

CALDO DE MILLO CON COSTILLAS (Isla de Lanzarote)

El caldo de millo o maíz, como se conoce en las islas por influencia portuguesa, es uno de los platos más típicos de Lanzarote. Que se sepa, el millo ya estaba presente en Canarias desde el siglo XVI. No en vano, el millo fue uno de los primeros alimentos americanos en llegar a Europa. El propio Cristóbal Colón lo trajo a España en 1493, después de su segundo viaje al Nuevo Continente, y en pocos años se convirtió en un producto perfectamente adaptado al clima de Lanzarote, (Canarias). El millo dio origen en primer lugar a productos sencillos como el gofio y con el paso de los años a platos más elaborados como éste que ahora nos ocupa. Este plato se diferencia totalmente del conocido caldo de millo, que es simplemente una especie de sopa, lo podemos comprobar en nuestros COMISTRAJES https://recetas-de-guisos.webnode.es/caldo-de-millo/

 

INGREDIENTES (seis personas)

Un kilo de millo (maíz), medio kilo de garbanzos

Dos kilos de costillas de cochino saladas

Una cebolla grande

Una cabeza de ajo, un vasito de aceite de oliva virgen.

Sal marina

Un tomate, agua, azafrán (en hebras)

ELABORACION:

Veinticuatro horas antes se ponen las costillas a desalar. Se le tiene que cambiar el agua dos o tres veces a lo largo del día, dependiendo de la sal que tengan, hasta que adquieran el punto ideal para cocinarlas.

La noche anterior se pone el millo en un caldero y se lo deja cocer durante media hora a fuego medio y reservamos. Antiguamente, la mazorca (piña), se desgranaba y se majaba en un mortero de madera o de piedra volcánica con un mazo y un poco de agua para arrancarle el pezoncillo negro que tienen los granos. Ahora, este proceso ya no es necesario, ya que el grano que encontramos en las tiendas viene ya preparado para la cocción. También dejamos esa noche los garbanzos en remojo.

Al día siguiente, introducimos en un caldero el vasito de aceite, el maíz y los garbanzos y los cubrimos de agua. Dejamos a cocer a fuego medio alto durante alrededor de dos horas. Este tiempo es orientativo, ya que dependerá un poco de la dureza de los garbanzos y del millo. Así que les recomiendo que prueben un poco de atención, que vayan probando para ver si el millo y los garbanzos estén en su punto. Si se nota que falta agua se puede añadir un poco, aunque es recomendable que esté caliente o tibia.

A la hora de cocción, añadimos el tomate y la cebolla entera y la cabeza de ajo partida en dos. Incorporamos también unas hebras de azafrán.

Cuando veamos que el millo y los garbanzos están hecho, añadimos las costillas y las guisamos durante una hora y media. Cuando veamos que todo está casi a punto, probamos para ver si es necesario rectificar el punto de sal.

Se deja reposar durante diez minutos. Servimos, las costillas en una bandeja y el millo y los garbanzos con su caldo en un planto hondo aparte